Las
últimas noticias aparecidas en medios de comunicación extranjeros, que
califican de ruinoso y mal ejemplo el aeropuerto sin aviones de Castelló, han
hecho reaccionar de forma inmediata al Consell. Así, en una medida cuanto menos
polémica después de la petición de rescate al gobierno central, se aprobó una
partida de 150 millones de euros para instalar elementos de sonido en el Aeropuerto
de Castelló, en un intento más de mejorar su imagen pública. La encargada de
explicar esta medida a los medios de comunicación fue la secretaria autonómica
de turismo María de la Felicidad Suma.
“El Aeropuerto de Castelló es un
ejemplo de tecnología punta, que en estos momentos goza de mala fama por un
problemita puntual de tráfico. ¿cómo si no catalogarían un aeropuerto con
urinarios automáticos?”. Para el Consell la sensación de inutilidad de la
infrastructura se debe a una falta de ambientación, por ello ha acelerado los
trámites para licitar la instalación de megafonía y pantallas a Teconsa, que
finalmente ha ganado el concurso; y ha programado otra partida para, según el
decreto, “crear un ambiente adecuado al uso del aeropuerto”. A preguntas de los
periodistas, la Secretaria autonómica respondió “Somos conscientes de que,
cuando alguien visita las instalaciones, queda un poco desangelado, sobre todo
si se compara con otras instalaciones como Heathrow, El Prat o Barajas; así que, después de fijarnos en las diferencias con el Aeropuerto de Castelló, hemos
llegado a la conclusión que le falta calidez, cosa que pensamos solucionar con
esta medida”. La idea del Consell es poner en marcha los servicios de megafonía
e hilo musical, pero adaptado a las necesidades. “Hemos creado una grabación continua
de diez horas de duración con los sonidos habituales en un aeropuerto: carritos
rodando, gente hablando, algún grito que otro, carreras, aviones aterrizando…
vamos, lo que se puede oír en Barajas en hora punta. Al mismo tiempo empezaremos
a anunciar vuelos en las pantallas y por megafonía, con el ánimo de crear una
sensación de operatividad lo más realista posible”. A la pregunta de si no teme
alguna consecuencia por anunciar información falsa, la representante del Consell
alegó “¿Qué más da, si nadie va a escucharla?
De momento se descartaron otras
medidas como utilizar maniquís que guarden cola, tomen café o incluso protesten
ante los mostradores, como a veces es habitual. “En otra época habríamos usado
actores”, confesó Felicidad, “total, nos sobran de la Ciudad de la Luz, pero en
la situación actual… tememos que después de tantos sacrificios los ciudadanos
no entiendan esta medida”.
Con todo esto, el Consell cree
que la opinión general mejorará sensiblemente, “pero si no lo conseguimos, al
menos mantendremos a los conejos alejados del interior; ya huyen de la estatua
gigante, pero hay que asegurarse”.
Desde el Aeropuerto de Castellón,
Ronnie Periquito
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