El
gobierno polaco, recientemente de actualidad por haber anunciado una cruzada
contra los vegetarianos y los ciclistas, ha anunciado en la tarde de hoy las
medidas que tiene previsto tomar en los próximos días respecto la política
migratoria del país. En concreto han adaptado los protocolos a la nueva
política del país, de forma que si los decretos que el ejecutivo pretende
aprobar prosperan, únicamente podrán residir en Polonia los hombres de pelo en
pecho y mear en pared. Así lo ha asegurado su ministro de exteriores, Jordi
Wozniak: “Vivimos en un mundo difícil invadido por las bebidas isotónicas y
cremas corporales. Hacen falta hombres de verdad, como los de antes, con el
cigarro en la boca y la melena al viento. Y si no los tenemos, pues los
tendremos que importar”.
El canciller polaco, proponiendo sus medidas |
Para
cumplir éste objetivo el ministerio ha propuesto una serie de medidas, como por
ejemplo el control en fronteras. “Haremos las reformas necesarias en estaciones
y aeropuertos para garantizar que los que cruzan nuestra frontera tienen la
suficiente hombría. Por ejemplo montaremos cámaras en los urinarios para
comprobar que no se sientan para miccionar” – explica el propio ministro –
“también queremos reimplantar la prueba de la cerilla como requisito
indispensable para entrar a trabajar en el país”. La prueba, consistente en
intentar encender una cerilla sobre el pecho de los candidatos, está
considerada por las autoridades del país como la más infalible para determinar
la hombría de los sujetos.
La
oposición, en cambio, ha mostrado su disconformidad con el plan anunciado. En
su opinión la eficacia de las medidas es cuestionable puesto que, en palabras
de Jaume Kawalzyck, líder del principal partido opositor, “el test de la
cerilla sólo funcionaria en aquellos casos en los que el torso masculino
estuviera totalmente seco, y todos sabemos que los machos exudan feromonas por
el sudor”. Otros puntos de crítica son la ausencia de medidas frente a otro
tipo de inmigrantes, como por ejemplo las mujeres. En este sentido el líder
Kawalzyck ha indicado que si bien es posible que la prueba de la cerilla
funcionara también con ellas, no está muy seguro de que sea eso lo que necesita
el país. Otros líderes han ido más allá y dudan de la necesidad de cumplir con
ése objetivo. “No hay más que fijarse en otros países con esa tipología de
hombre” – declaró a este medio Oriol Duvobsky, líder del partido ecologista – “España
tiene su propia raza autóctona, el “macho ibérico”, y las cosas no les van
mejor que a nosotros”.
Para La Retaguardia, Fran Xapa