La iglesia católica se
lanzará en breve al incipiente mercado del agua embotellada, según
informaciones procedentes desde el vaticano, aunque su objetivo no es,
contrariamente a lo que se pueda pensar, lucrarse con la empresa sino ofrecer a
los cristianos un bien tan necesario como es el agua con todas las garantías de
sacrosantidad, para que no teman caer en el purgatorio o peor, en el infierno.
El origen de este
anuncio se encuentra en un reciente estudio del "Seminario para el estudio
de la ingesta de productos líquidos y substancias y su influencia sobre el buen
cristiano", también conocida en el mundo episcopal como SIPHILYS. Según
sus conclusiones el agua embotellada normal y corriente podría alterar la
conciencia de los buenos cristianos puesto que esta agua viene del subsuelo,
lugar donde se encuentran, entre otros, el purgatorio y el infierno, y por tanto
podría ser contaminada con las lagrimas de abortistas, mujeres libertinas,
prostitutas, sodomitas, y Ozzy Osbourne entre otros (aunque mantienen dudas con
éste último, que no está muerto pero se le considera "el señor de las
tinieblas"). Al parecer la ingesta de agua contaminada podría causar
trastornos en la fe; "Al principio teníamos nuestras dudas, aunque claro
está, hemos estudiado la Biblia y sabemos qué hay allá abajo", nos cuenta Sotano
Largo, el representante español en la SIPHILYS, "pero experimentamos,
dimos a cien de los miembros destacados de algunas parroquias algunas muestras,
al tiempo un 15% demostró gusto por el onanismo, otro 20% tenía pensamientos
impuros con jovencitas, el otro 20% con jovencitos, y el 45% tenía dudas de
votar al PP en las próximas elecciones. Para nosotros el estudio fue
concluyente, aunque es cierto que lo realizamos el verano pasado...".
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La Iglesia promocionará el "Agua de Pila" en sus templos |
Es por ello que la
iglesia ha decidido velar por sus intereses cristianos, la nueva marca que será
registrada la semana que viene se llamará "Agua de la pila",
("De la pila bautismal, se entiende", aclara Sotano Largo), y se
compondrá en un 99% de agua de lluvia, "que todo cristiano sabe que son
lagrimas de los ángeles", eso sí, debidamente bendecida por Su Santidad
Francisco, "o Su santo Paquete, como le llamamos cariñosamente". De
momento los obispos siguen ultimando la campaña de marketing, al parecer tienen
previsto dar muestras gratuitas en la puerta de las iglesias y en el semanario
de El Mundo.
Para La Retaguardia, Fran Xapa