"Le tenía mucho cariño a su antigua y destartalada barbacoa, pero pensamos que le gustaría mucho tener una barbacoa de esas enormes con cajoncitos para las pinzas y todo" anuncia la esposa muy afectada.
La barbacoa en cuestión |
"Mi padre, al ver que todos le mirábamos entre risitas al abrir el carbón, y mientras mi madre iba a por la barbacoa, nos dijo que: para que lo supiésemos, regalar carbón era muy cruel y que esperaba que fuese de azúcar porque se lo iba a comer entero, así aprenderíamos a no reírnos de él. Mi padre siempre ha sido muy orgulloso, insistimos en que esperara, que no se lo comiese, que tenía un regalo escondido, pero no quiso escuchar y en menos de un minuto ya se había comido como cinco o seis piedras de carbón".
Los médicos dicen que se recuperará, pero que tendrá que pasar un tiempo hasta que su tracto gastrointestinal esté en condiciones de hacer la digestión. Al preguntarle al enfermo sobre como se sentía nos dijo: "Por fin podré estrenar un delantal que guardaba para una ocasión especial, de esos que tienen un pene de plástico colgando. Ahora solo me sabe mal haber desperdiciado el carbón que me comí, y más con la crisis que hay, que la energía está subiendo mucho".
Deseamos que la familia Minero disfrute de una buena barbacoa en breve, y que las próximas navidades sean más precavidos a la hora de gastar bromas.
Desde el hospital de La Virgen Negra para La Retaguardia, Heidi Chachipiruli
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