En un momento en que todo el mundo subraya la importancia
de la formación para poder salir de las crisis económicas las noticias referentes
al ámbito educativo resultan especialmente esperanzadoras. Esto mismo pensó
Marcelo Gallardo cuando creó la primera academia de gilipollas del mundo. “La
idea se me ocurrió un día de lluvia cuando pasé con mi coche cerca de una
parada de autobús, y una señora me gritó “¿naciste gilipollas o te enseñaron?
Entonces pensé en la cantidad de gilipollas que hay en el mundo sin formación,
y me decidí a hacer un ejercicio a favor de la humanidad”.
La Retaguardia ha visitado este fin de semana
pasado la sede, un céntrico edificio en la ciudad de Valencia, “aunque ha sido
porque es el lugar donde hemos pagado más por la sede. Somos así de gilipollas”,
se explicaba su fundador mientras nos enseñaba las instalaciones. “Tenemos
cinco aulas preparadas con ordenadores MAC y proyectores para PC, todas ellas
amuebladas con esas sillas que son muy bonitas pero terriblemente incómodas y
caras. También tenemos gimnasio, sala de audiovisuales equipada con aparatos BETA-MAX
y un garaje con cinco Porsche Cayenne, caros, contaminantes y que beben gasolina
cual cani en botellón. Es que aquí también enseñamos a conducir…”.
Y es que esta academia es multidisciplinar, “se
enseña desde cocina hasta ciencias políticas, pasando por protocolo, ortografía
y gramática o oratoria. Después en el último año los estudiantes se
especializarían”. Dentro del recinto ya hay algunos profesores dando clase,
como Ataúlfo Merino, profesor de conducción, “puede apretar el claxon sólo 0’3
segundos después de ponerse el semáforo en verde, aunque si no se fijara si lo
que hay delante es una mujer tardaría menos”; o Gerardo Salguero, de protocolo,
que nos explicaba su programa de estudios. “les enseñamos las normas básicas de
urbanidad para que después nunca hagan uso de ellas.”
De momento los resultados tardarán aún en verse,
aunque después de asistir a una clase práctica de romanticismo y lanzamiento de
bebida a la cara en el gimnasio se puede compartir el optimismo de sus
fundadores. “No se imagina la cantidad de gilipollas que hay por España sin
enseñar, completamente autodidactas. Nosotros sólo les ofrecemos una
oportunidad para que aprovechen su talento y en el futuro se puedan labrar una
prestigiosa profesión, salidas profesionales hay muchas: desde tertulianos
hasta políticos o banqueros. Y es que, como dijo un importante personaje, “el
gilipollismo es una forma de vida”. “
Imagen del gimnasio de la academia |
Y con esta importante cita nos despedimos hasta el
próximo reportaje, Fran Xapa para La Retaguardia
Estoy pensando en apuntarme, pensándolo bien, me falta algo de formación al respecto. Por cierto, ¿hacen algún Master de esos carísimos estilo Master del Universo?
ResponEliminaMe gustaría conocer la dirección.