¿Quién
no ha sufrido alguna vez la visita de alguien a quien no apetece ver, o sí
apetece pero viene en mal momento? Esto mismo se ha preguntado el departamento
de desarrollo de productos de la empresa Airwick, especialista en
ambientadores. ¿su respuesta? Un ambientador especial para hacer que esas
visitas sean lo más cortas posible, que pronto se podrá encontrar en la mayoría
de supermercados. “Llevamos tiempo investigando en esta cuestión, pero al fin
hemos llegado a conclusiones positivas”, asegura Alex Tranjero, responsable de
comunicación de la empresa.
Proyecto de anuncio del nuevo producto |
La
Retaguardia ha tenido acceso a uno de los prototipos. Por fuera parece un
ambientador normal y corriente pero de color amarillo oscuro, la novedad es el
interior. El propio señor Tranjero nos explica su funcionamiento: “La base es
completamente igual a la de los otros ambientadores de su gama. La novedad está
en el interior, a intervalos de tres, cinco o diez minutos el aparato cambia
entre tres fragancias diferentes: primero un aroma a frito, directamente desde
las cocinas de un bar cutre. Está pensado para incomodar nada más llegar, está
demostrado que muchos visitantes dan media vuelta para evitar que la ropa
adquiera olor a fritanga. Si no es eficaz se acciona el segundo depósito, con
aroma a pies. Según estudios de la compañía el 45% de las personas tiende a
abandonar el lugar en el que se encuentran cuando perciben ese aroma en
particular. Para casos extremos se incluye el tercer compartimento, olor a
pedo. Según los experimentos previos ninguna visita se quedó mucho más de cinco
minutos después de accionarse éste vial”.
La
compañía espera un gran nivel de ventas el producto, aunque advierten que para
que sea plenamente eficaz se necesita algo de ayuda por parte de las personas. “carraspeo,
miradas acusadoras, frases concretas como “perdonad, estábamos haciendo patatas
fritas”, etc.”. De momento se encuentran orgullosas del resultado, a pesar de
lo mucho que les ha costado desarrollar el producto. “Para nosotros era algo
nuevo, hasta ahora habíamos sintetizado diversos aromas a flores, sintetizar el
olor de un cuesco natural nos ha costado mucho tiempo, dinero y fabadas”.
Para La Retaguardia, el peluche de Garfield. (Y
haced el favor de apagar el dichoso aparato antes de que se accione el tercer
vial).
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