DIOS CIERRA SU TELEFONO DE LINEA ABIERTA POR OVERBOOKING

Todos los cristianos que, desde esta mañana, han intentado ponerse en contacto con diós han recibido la misma respuesta: "En este momento no podemos atender sus plegarias; por favor, inténtelo más tarde". Y es que, en una decisión sin precedentes el cielo ha decidido suspender su linea directa con el cristianismo temporalmente. En La Retaguardia hemos tenido acceso a uno de los arcángeles que se encargan de su mantenimiento, el Ángel Debaño: "Nos orgullecemos (bueno, quizá no que eso es pecado, nos gusta comunicar...) que tenemos una línea de las más resistentes del mundo religioso, nunca esperábamos que ésto fuera a ocurrir, pero ha sucedido: el teléfono espiritual se colapsó ayer noche y ahora estamos a la espera de arreglarlo". La causa parece estar detrás de la publicación hace poco del nuevo catecismo en España, que determina la opción sexual como un don divino; lo que ha suscitado la duda entre muchos españoles; como la de X, que prefiere permanecer en el anonimato: "Yo siempre me he considerado muy hombre y muy español, y amante del fútbol (Que lástima de mundial). Pero anteayer leí el nuevo catecismo ese y me pregunté si el que me gustara tanto ver a tios musclados en shorts correr era indicio de ser algo gay, y bueno, como fuera lo que fuera es un don divino, le queria preguntar a quién me hizo ese regalo. Pero no ha habido manera, oiga, y llevo desde las nueve dale que te pego!".

Imagen visual telepática que acompaña al mensaje de lineas colapsadas

Por el momento desde las oficinas celestiales no se ponen de acuerdo en la solución; unos parecen decantarse por desviar las llamadas que vengan desde España hasta que se resuelvan las dudas o salga un nuevo catecismo (lo que suceda antes); otros por usar un contestador automático con frases como "lo que suceda entre usted y usted en el baño no es cosa de diós" o "Diós te permite mirar pero no consumar, ni tener pensamientos impuros". En cualquier caso esperan tener solucionado el problema en breve.

Desde las cumbres celestiales, Ronnie Periquito